Papá Pitufo: el ‘general’ del contrabando

Ahora que la Fiscalía confirmó que dentro de la investigación que adelanta contra Diego Marín, alias ‘Papá Pitufo’, se encuentra un grupo de oficiales retirados de la Policía, va siendo hora de revisar las condiciones en las que opera el mecanismo de ascenso de oficiales de alta graduación de la Policía. En esa ruta institucional aparecen las “relaciones políticas y la búsqueda de padrinazgos” con los que los méritos policiales quedan proscritos y se alientan las alianzas politiqueras que bien pueden terminar en hechos de corrupción y la consolidación de mafias institucionalizadas como la del contrabando.

Los coqueteos con politicastros y con las lógicas de la política colombiana aparecen en los grados de coronel y general de la República de la Policía, una de las fuerzas más comprometida en sucesos de corrupción y desviación misional en los últimos años; esos hechos de corrupción devienen atados a las dinámicas del conflicto armado, la lucha contra el narcotráfico, minería ilegal y el contrabando. Cuando un policía de grado coronel o general se acerca o busca a políticos, sean o no congresistas para que los “recomienden” para obtener un ascenso, los uniformados dejan de ser hombres de honor para convertirse en vulgares instrumentos especialmente cuando esos benefactores realmente son politicastros profesionales que los necesitan para sacar adelante entramados de corrupción como los que logró concretar Papá Pitufo.

Un coronel retirado del Ejército me dijo que “de acuerdo con la reglamentación existente esos ascensos están blindados frente a la ayuda de padrinos políticosEsto se cumple más en las FFMM que en la Policía por cuanto los policiales a lo largo de sus carreras trabajan de manera cercana con gobernadores y alcaldes. En los ascensos a generales últimamente se ha abierto la puerta para influencias en ambos casos (FFMM y Policía) debido a la aprobación en el Congreso de los candidatos que presenta el ministro de la Defensa quien los recibe de la junta de generales”.

Dicho mecanismo resulta perverso porque de este participan congresistas, expresidentes y presidentes de la República, lo que convierte un asunto estrictamente castrense y de mérito militar o policial, en uno de carácter político que de acuerdo con las versiones periodísticas conocidas facilitó las tareas de infiltración adelantadas por Papá Pitufo en la Policía nacional.

Los hechos que hoy el país conoce gracias a los medios alternativos a pesar de que ‘Papá Pitufo’ lleva por los menos 30 años haciendo negocios con generales y coroneles sirven para constatar que el mecanismo de los ascensos es permeable y que el blindaje es mínimo.

Ya veremos si el gobierno Petro logra traer de vuelta al zar del contrabando en Colombia para que prenda el ventilador en el que muy seguramente volarán “barras con estrellas y soles” y credenciales de congresistas y expresidentes cercanos, cómplices o partícipes de las cadenas y redes logísticas que necesitó Papá Pitufo para mover por aeropuertos, carreteras, aduanas y puertos millones de dólares en mercancía de contrabando.

Si el paramilitar Salvatore Mancuso fungió como un “general de facto y un agente bisagra con altos oficiales del Ejército para cometer masacres, es apenas lógico pensar, por lo que ha trascendido hasta el momento, que Papá Pitufo también fue un general de facto o un agente bisagra entre los altos oficiales de la Policía y de la POLFA que hacían parte de la nómina del zar del contrabando. 

@germanayalaosor

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