Comunicaciones de Palacio: “se les dijo, se les advirtió”

Lo ocurrido durante el ‘reality’ del Consejo de ministros del martes 4 de febrero recuerda una expresión que a menudo se le escuchaba al comediante uruguayo Hébert Castro: “se les dijo, se les advirtió, se les recomendó… pero no hicieron caso”.

De entrada llama la atención la renuncia de Jorge Rojas justo esa misma noche, porque no estaba dispuesto a tener como segundo jefe a Armando Benedetti. Él se había posesionado como director del DAPRE apenas la semana anterior, y no estuvo de acuerdo con la decisión del presidente de transmitir en directo, según se desprende de lo que le contó a Daniel Coronell: “La decisión de transmitir en directo el consejo de ministros fue del señor presidente. (…) Yo le dije que podía salir mal, porque estamos en un ambiente muy difícil, donde hay hasta periodistas de humor que salen felices a trivializar el ejercicio del gobierno. Entonces, no había necesidad de hacerlo así. (…) Es un problema de comunicación política, pero también es un problema de política de Estado”. (Ver Reporte Coronell).

Al comienzo del programa de La W, se escucha decir a Coronell que para unos fue el desplome de un gobierno, como un castillo de naipes; para otros un acto supremo de honestidad, donde un presidente de cara al país reconoce la ineficiencia de su propia administración”.

Lo que se supo por boca de Rojas es que fue una decisión muy personal del presidente, quien al parecer no la consultó con nadie, a no ser que hubiera sido influido en tal sentido por alguien de su círculo pretoriano, por ejemplo Benedetti, a quien tuvo sentado a su izquierda y durante las seis horas de transmisión no dijo ‘esta boca es mía’.

Sea como fuere, la decisión la habría tomado Petro porque creyó que era buena estrategia, inspirado en lo que dijo en un trino del día siguiente: “Exponer a la luz el gobierno me parece democrático, permite que el pueblo no sea indiferente a la política y se la apropie y decida transformarla conscientemente”. (Ver trino).

En teoría suena bonito, pero en la práctica se vio un “motín a bordo”, del que participaron en su orden cuatro funcionarios, a saber: la vice Francia Márquez, quien arremetió contra Laura Sarabia porque esta le habría faltado al respeto; la Ministra de Ambiente Susana Muhammad, quien afirmó que su condición de feminista le impedía aceptar a Benedetti en ese recinto; el director de la UNP, Augusto Rodríguez, compañero de clandestinidad de Petro, quien levantó su voz contestataria cuando al presidente se le ocurrió en defensa de Benedetti compararlo con Jaime Bateman, el fundador del M-19:  “no acepto que se compare al señor Benedetti con Jaime Bateman, el hombre transparente, el hombre limpio, el hombre que nos enseñó a luchar con alegría. (…) Nos habló de la coherencia, y yo estoy pidiendo en este momento coherencia”.  Y enseguida soltó una bomba, cuando dijo que Benedetti había estado en una reunión cuyo propósito era que el zar del contrabando pedido en extradición de Portugal, Diego Marín Buitrago, alias ‘Papá Pitufo’, infiltrara la campaña presidencial de Gustavo Petro.

Respecto a Gustavo Bolívar, hoy el más firme escudero del presidente, lo suyo fue un acto de espontaneidad cuando se sintió aludido después de que Laura Sarabia en referencia a los migrantes que están llegando al país dijo que “tuvimos un vuelo de Panamá hace dos días, nadie de Prosperidad Social se hizo presente”. Y Bolívar le reviró: “presidente, teníamos tres funcionarios allá y tengo aquí la foto. Laura está mintiendo”.

Otro que reclamó por la presencia de Sarabia y Benedetti -aunque de manera más diplomática- fue el director de Planeación, Alexander López, citando algo que les había dicho Lula da Silva a él y Francia Márquez durante visita a Brasil: “no dejen entrar a gente del establecimiento a su gobierno, porque ya adentro les pueden hacer mucho daño”.

En resumen, lo que debía ser un ejercicio democrático de transparencia informativa terminó convertido en un espectáculo bochornoso, a todas luces contraproducente para la imagen del presidente y su gabinete.

Es la hora de insistir en que el gran talón de Aquiles de este gobierno -además de Benedetti- es la ausencia de una estrategia de Comunicaciones sólida y coherente, como acostumbra a tenerla todo equipo de gobierno, porque el presidente sigue equivocadamente convencido de que su cuenta de X es la mejor tribuna para llegarle al “pueblo” que conduce desde su celular. Grave error.

Mientras siga convencido de que él es el mejor comunicador de las obras de su Gobierno y continúe tomando decisiones personales inconsultas, como la transmisión en directo de los consejos de ministros -que pretende continuar-, no será consciente de que está actuando en modo “autosabotaje” de su propio movimiento político.

Por último, debe quedar claro que estas líneas no tienen ninguna intención malsana, sino todo lo contrario: desde una perspectiva autocrítica y propositiva, buscamos que el proyecto del cambio no pierda su rumbo en lo que debe ser un manejo acertado de las Comunicaciones, permitiendo que la gente que sabe del tema pueda contribuir a dar el timonazo que se requiere para llevar la nave a puerto seguro.

Si no es así, sería una utopía contaminada de vanidad presidencial el propósito de lograr que después de 2026 continúe el proyecto del Pacto Histórico.

DE REMATE: Alguien a quien por favor se le debe escuchar es a la exministra de Salud Carolina Corcho, cuando en entrevista para El Unicornio dijo que “debemos aprender de México. Allá hay un partido-movimiento llamado Morena, compuesto por millones de mexicanos y con participación democrática, donde ganaron no solo la presidencia sino las mayorías del Congreso. Eso lo debemos aprender acá, para continuar con el proyecto progresista”.

@Jorgomezpinilla

Sobre el autor o autora

Social media & sharing icons powered by UltimatelySocial