Estados Unidos, Canadá y México serán sedes del Mundial de Fútbol Masculino de 2026. Los dos últimos vienen siendo víctimas de la “cruzada arancelaria” desatada con ira por el “cucho” de la Casa de Blanca, empeñado en “volver a hacer grande” a su país con esas y otras medidas proteccionistas.
De mantenerse la “guerra” arancelaria con México y Canadá y sumado a ello la persecución y deportación de migrantes latinos, surge la preocupación dentro del mundo del fútbol, en particular al interior de la FIFA por el riesgo económico que supone hacer el mundial bajo esas condiciones.
Es más, ya hay advertencias alrededor de la disminución del turismo hacia la tierra del Tío Sam, como rechazo a las bravuconadas de Trump, quien cree, sentado en el óvalo de la Casa Blanca, que cientos de miles de habitantes del mundo están desesperados por visitar Gringolandia y hasta de pronto lograr “besarle el culo”. Esto dice El Espectador: “Las llegadas de no ciudadanos a EE.UU. en avión cayeron casi un 10% en marzo con respecto al año anterior, según datos publicados por la Administración de Comercio Internacional. Goldman Sachs Group estima que, en el peor de los casos, el impacto de la disminución de los viajes y los boicots podría ascender este año al 0,3 % del producto interno bruto, lo que equivaldría a casi US$90.000 millones”.
¿Se llenarán los estadios de latinos y con otras comunidades migrantes a sabiendas de que a las afueras podría estar la “migra” dispuesta a detenerlos, sin importar si tienen residencias permanentes, temporales o están de visita en Estados Unidos?
Ese tipo de preguntas ya deben estárselas haciendo las marcas patrocinadoras y la propia FIFA, en particular este último actor político acostumbrado a someter a los países organizadores a fuertes exigencias en asuntos de infraestructura, logística, organizativos y lo concerniente al aforo de los estadios en donde rodará el balón. ¿Se atreverá la FIFA a presionar a Trump para que le “baje un par de rayas” a la persecución contra los migrantes? ¿Están contemplando cambiar las sedes?
Se viene una interesante coyuntura política y económica para el fútbol, deporte espectáculo que cada vez más depende de poderes en esos dos ámbitos, así los periodistas de las cadenas más reconocidas insistan en la narrativa de que el balompié está alejado de decisiones de carácter político. Para el caso, los periodistas deportivos colombianos insisten en ese falso discurso, a pesar de las evidencias que demuestran que dicho deporte, así como la FIFA, operan dentro de las dinámicas del poder económico y político, lo que supone, entre otras cosas, “arreglos” de resultados en eventos internacionales y nacionales y el uso de esa disciplina deportiva para tapar crímenes de Estado a manos de dictaduras y distraer al mundo para que deje de mirar hacia Gaza en donde Israel, con el apoyo de Occidente y en particular de USA, adelanta con sangre fría un genocidio en contra del pueblo palestino, entre otras tantas bellaquerías propias de la condición humana.
@germanayalaosor