Personalizar las preferencias de consentimiento
Utilizamos cookies para ayudarlo a navegar de manera eficiente 
y realizar ciertas funciones. Encontrará información detallada
sobre todas las cookies en cada categoría de consentimiento a
continuación.
Siempre activo

Necessary cookies are required to enable the basic features of this site, such as providing secure log-in or adjusting your consent preferences. These cookies do not store any personally identifiable data.

No hay cookies pata mostrar

Functional cookies help perform certain functionalities like sharing the content of the website on social media platforms, collecting feedback, and other third-party features.

No hay cookies pata mostrar

Analytical cookies are used to understand how visitors interact with the website. These cookies help provide information on metrics such as the number of visitors, bounce rate, traffic source, etc.

No hay cookies pata mostrar

Performance cookies are used to understand and analyze the key performance indexes of the website which helps in delivering a better user experience for the visitors.

No hay cookies pata mostrar

Advertisement cookies are used to provide visitors with customized advertisements based on the pages you visited previously and to analyze the effectiveness of the ad campaigns.

No hay cookies pata mostrar

¡Nos invade la fiebre amarilla!

Nos llegó la plaga, y poco o nada hacen las secretarías de Salud departamental y municipales por controlar los criaderos de zancudos —dijo alarmada doña Nati—; fíjense que en Santander ya comenzaron a aparecer los primeros pacientes con síntomas de fiebre amarilla. Hemos podido ver cómo hay botaderos de basuras y escombros de donde salen millones de animales a poblar los alrededores, y espacios que debieran estar asistidos por las autoridades, pero no. Por ejemplo, en el barrio Pan de Azúcar hay una piscina abandonada desde hace años en la que se crían los zancudos que se reparten para una buena parte de Bucaramanga. Y ahí está, y ahí continúa.

Pero si un criadero de estos diera plata, seguro que le hubieran caído hace rato a ver qué tajada sacan —intervino el ilustre profesor Gregorio Montebell—. Pues vea usted que yo pensé en otra cosa, y que el titular de este texto se refería a la fiebre amarilla que nos ha invadido desde hace décadas, pero no la que traen los zancudos, sino la que hemos sufrido los santandereanos debido a varios factores sociales, especialmente causada por el pésimo servicio de transporte masivo. Esa fiebre amarilla hace mucho que se instaló en Bucaramanga y sus alrededores.

La hemos visto en los terminales de transporte, dueña y señora de carriles “exclusivos”, atestando además el miserable carril que han dejado de limosna para el resto de la humanidad. La hemos visto adueñándose de la vía y obstruyendo el tráfico alrededor de centros de salud, clínicas, universidades, colegios o cualquier institución que atienda público. La hemos visto deteniendo el tráfico por horas o por días para protestar porque una norma no le gusta. La hemos visto mutando a otros colores y a placas particulares, y a motos que, aunque pequeñas y prácticas, multiplican el caos.

Este virus se regó como la peste. Los infectados se niegan a buscar otras alternativas laborales, y cuanto churupo consiguen se lo invierten a más carros, en vez de buscar otro oficio: producir, comercializar, asesorar, arreglar, crear, fabricar… Lo único que los convoca es la vía pública.

Mensæ tegumentum. Yo no sé cómo terminará el juicio del siglo, pero, como siempre pasa en nuestro país, pues no pasará nada, y los prosélitos del acusado saldrán a ufanarse de que al hombre no lo vencieron en juicio, y los únicos vencidos serán los términos (algo de lo que también se ufanan los abogados expertos en diarreas y otras afecciones repentinas). Lo que sí es claro es que las pruebas son irrefutables, y en la conciencia de unos y otros quedará el dictamen social, y la historia dará cuenta de los hechos y las realidades de nuestro país.

@PunoArdila

Sobre el autor o autora

Social media & sharing icons powered by UltimatelySocial